¿Quo Vadis, Morena?
La resaca 2.0
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El virus de la intolerancia detona la enfermedad del odio que alimenta las guerras y lastima a toda la humanidad, por lo que es inadmisible, sin importar su procedencia, ya sea de un bando o del otro de las partes en conflicto.
La guerra entre Rusia y Ucrania se ha convertido en una disputa por la hegemonía mundial que los Estados Unidos asumieron a partir de la caída de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas el 26 de diciembre de 1991. Más de 30 años en los que sin ningún contrapeso han impuesto al mundo sus condiciones y sus intereses.
Esa unilateralidad mundial ha entrado en crisis y los Estados Unidos ya no son la economía más grande del mundo, ni tampoco son la potencia bélica más fuerte. El imperio se niega a aceptarlo y abrirse al multilateralismo.
En la guerra no hay buenos y malos como de manera mezquina se quiere hacer creer. Desde el final de la Segunda Guerra mundial los norteamericanos han usado todos los medios propagandísticos a su alcance para hacerle creer al mundo que son los buenos y sus enemigos son los malos. Numerosas series de televisión, películas, historietas, noticieros, etcétera aportaron su parte para convertir a las víctimas del imperio como los malos.
Han ganado la guerra propagandística haciendo prevalecer en occidente no sólo sus intereses, sino también su ideología. En nombre de nobles motivos han llevado la guerra y destruidos países sin rendir cuentas ante nadie, llenando de sus bases militares el mundo y agenciándose los recursos de todos.
Los Estados Unidos alimentaron un nacionalismo exacerbado y excluyente en Ucrania. Nadie atendió las quejas y denuncias de la población rusa segregada en Donetsk y Lugansk con miles de muertos desde el golpe de Estado en Ucrania en 2014. Ahora Ucrania está en medio de una guerra por el control global, con el comediante Volodimir Zelenski en la presidencia, haciendo la guerra contra Rusia “calentado” por occidente que le envía más armas, pero peleando solos, como lamentó al más fiel estilo hollywoodense. La presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, sin ningún rubor anunció que Europa prohíbe toda información proveniente de medios rusos. La intolerancia, la intransigencia, la violación de la libertad de expresión con la prohibición y la censura en este mundo global y en todos los mundos, ofende la dignidad humana. Eso es fascismo. Vivimos tiempos demenciales que marcarán de manera definitiva el destino del mundo.
En lo local
El tabasqueño avecindado en Cancún, Rafael Marín Mollinedo se conduce como si estuviera más allá del bien y del mal. No se le conoce ninguna obra o acción en beneficio de Quintana Roo. Fue el fundador de Morena como él repite siempre, pero pretende esquivar que también fue quien empoderó al Partido Verde del viejo Niño Verde Jorge Emilio González a través de la hoy diputada federal Anahí González y la alcaldesa de Cancún Mara Lezama. Marín Mollinedo les posibilitó adueñarse de la dirigencia estatal de Morena. Después, en la lucha por la candidatura al gobierno, pretendió lavarse las manos y la cara denunciando que la “mafia Verde” se apoderaría de Quintana Roo. Claro que se ofreció como el salvador. Su ego es muy grande. Ahora todo lo que vociferó no fue capaz de respaldarlo y ya negoció con el Verde su parte del pastel. Qué pena que el gobierno sea visto como botín, sin coherencia alguna. ¿Quo vadis, Morena?
En fin, son cosas que pasan en nuestro país y en nuestro caribeño estado.
¡HASTA LA PRÓXIMA!